La Legislatura porteña analizará un proyecto de la diputada Patricia Glize que busca declarar Sitio de Interés Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a la tradicional parrilla “Lo de Charly”, ubicada en la esquina de Álvarez Thomas y Heredia, en el barrio de Villa Ortúzar.
El texto, ingresado recientemente, reconoce al local como un ícono urbano por su identidad barrial, su atención permanente y su aporte al acervo cultural y social de Buenos Aires.
El proyecto propone además la colocación de una placa conmemorativa en la fachada del establecimiento, situado en Avenida Álvarez Thomas 2101, que recordará la distinción otorgada por la Ciudad. “Lo de Charly” es una de las parrillas más reconocidas del norte porteño, famosa por su servicio las 24 horas del día y su ambiente que mezcla vecinos, trabajadores nocturnos, músicos, periodistas y visitantes de todos los puntos de la Capital.
En los fundamentos de la iniciativa, Glize destaca que el local “es mucho más que una parrilla: es un punto de encuentro, un espacio de sociabilidad y pertenencia que, a lo largo de los años, se ha consolidado como un clásico porteño”. Fundado en 1991 por Carlos Solnie —el “Charly” que le dio nombre—, el lugar se convirtió en un refugio infaltable para quienes circulan por la ciudad en horarios poco habituales, un sitio que “nunca duerme” y que mantiene viva la tradición de la Buenos Aires trasnochadora.
La diputada señala que la continuidad de su atención ininterrumpida constituye “un rasgo singular dentro del paisaje gastronómico y cultural de la ciudad”, asociado a una práctica que combina hospitalidad, esfuerzo y cercanía humana. En su texto, equipara el valor simbólico de “Lo de Charly” al de los cafés notables, los clubes de barrio o los bares de madrugada, al considerarlo parte del “circuito afectivo y simbólico” de la vida porteña.
Por sus mesas pasaron y aún pasan figuras del mundo del arte, el deporte y la música: Fito Páez, Vicentico, Luis Scola, Juanse o Julio Falcioni son algunos de los nombres que menciona el documento como habituales o visitantes ilustres. Pero más allá de las celebridades, la parrilla es reconocida por su perfil abierto y popular: un espacio donde conviven taxistas, médicos de guardia, personal de seguridad, periodistas, turistas y vecinos de toda la zona norte.
“La parrilla ‘Lo de Charly’ refleja una forma de vida y de trabajo vinculada al espíritu emprendedor y solidario de la cultura porteña, la de aquellos espacios que, sin distinción de horarios ni clases sociales, reciben por igual a todos”, sostiene Glize. Y agrega que su permanencia y autenticidad “la convierten en una institución merecedora del reconocimiento público”.
En un contexto en el que la gastronomía también se entiende como expresión de la identidad cultural, el proyecto subraya que lugares como este representan valores profundamente arraigados en la memoria urbana: la amistad, el encuentro y la calidez del trato humano. “Lo de Charly” sintetiza ese espíritu y lo proyecta en su rutina cotidiana, sirviendo platos clásicos a cualquier hora, con la misma parrilla encendida que hace más de tres décadas.
De aprobarse la iniciativa, “Lo de Charly” se sumará al listado de sitios gastronómicos y culturales reconocidos por la Legislatura porteña por su valor patrimonial e identitario. En ese registro figuran bares, cafés y restaurantes que, como este, forman parte del patrimonio vivo de la Ciudad y de su historia cotidiana.