El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires autorizó el plan obras de adecuación en el histórico estadio Luna Park, ubicado en Avenida Corrientes, al considerar que los trabajos resultan factibles desde el punto de vista de la preservación patrimonial y no alteran el valor cultural del edificio.
El proyecto contempla una importante intervención en el subsuelo y en distintos niveles del inmueble, con el objetivo de modernizar su infraestructura y adaptarlo a las necesidades actuales, sin modificar la altura ni los elementos tipológicos y estructurales que lo caracterizan.
Entre las principales obras se destaca la construcción de un segundo subsuelo sobre la calle Lavalle, de unos 1.200 metros cuadrados, destinado a la sala de tanques de agua y de incendio, además de servicios generales. Asimismo, se levantará un primer subsuelo que ocupará la totalidad del predio para uso de cocheras —con accesos desde Bouchard y Eduardo Madero— y dependencias complementarias.
En planta baja se redefinirán los accesos y se sumarán nuevas baterías de baños, escaleras, ascensores, un espacio para museo de sitio y locales gastronómicos. En los niveles superiores, la distribución será la siguiente: el primer nivel alojará el campo y el escenario; el segundo, los palcos VIP; el tercero, el acceso a la tribuna baja; el cuarto, el acceso a la tribuna alta junto con locales gastronómicos y una terraza accesible sobre la azotea de la recova de la avenida Madero; y el quinto nivel funcionará como piso técnico.
El informe técnico de la Gerencia Operativa de Patrimonio Arquitectónico y Urbano destacó que se trata de una “adecuación del espacio interior del edificio a condiciones de uso nuevas, respetando los elementos formales y estructurales del mismo”.
Además, se subrayó que no se trata de una refuncionalización, dado que el estadio mantendrá su uso actual como espacio de espectáculos y eventos, sino de una actualización tecnológica que permitirá “un nuevo ciclo de vida acorde a los requerimientos contemporáneos”.
En relación con la altura, los estudios altimétricos confirmaron que el edificio mantiene el límite máximo de 26 metros, por lo que las modificaciones no alteran el perfil urbano del área. En cuanto a las fachadas, las intervenciones estarán encuadradas en el Grado de Intervención 2, que permite consolidación y mantenimiento, garantizando la preservación de la identidad arquitectónica original.
La autorización resalta que el proyecto no genera un impacto urbano significativo en la zona, dado que las actividades previstas son preexistentes o compatibles con el uso histórico del inmueble.
El Luna Park, inaugurado en 1932, es Monumento Histórico Nacional desde 2007 y uno de los íconos culturales y deportivos más importantes del país. A lo largo de su historia fue escenario de combates de boxeo memorables, recitales internacionales, espectáculos populares, actos políticos y religiosos de trascendencia. Entre estos últimos se recuerda la visita del papa Juan Pablo II en 1987, quien ofreció allí un recordado discurso.