El bloque que preside la legisladora Graciela Ocaña en la Legislatura porteña presentó un pedido de informes al Gobierno de la Ciudad para que brinde “información completa y precisa” sobre el proyecto de reemplazo del Puente Ciudad de la Paz, recientemente reacondicionado y reabierto en marzo de 2025.
“Según hemos podido conversar con asociaciones y vecinos de los barrios de Belgrano, Colegiales y Palermo, han cuestionado y no han obtenido respuesta por parte del Ejecutivo respecto a los criterios técnicos, licitatorios, presupuestarios, plazos, impacto patrimonial y participación ciudadana asociados al llamado a licitación realizado por AUSA, así como el proceso de descatalogación del bien patrimonial ante el CAAP”, indica el texto de la diputada Sol Méndez, de Confianza Pública.
Agrega que la estructura fue construida entre 1916 y 1919 por la Compañía de Tranvías Lacroze y fue habilitada para el tránsito vehicular tras el cierre del servicio de tranvías en 1963. Con cerca de 52 metros de longitud, es parte del catálogo de bienes protegidos por su valor histórico, identitario y paisajístico de la Ciudad. Fue cerrado preventivamente el 17 de enero de 2023 por riesgo estructural, permaneció más de dos años sin obras hasta su reapertura el 31 de marzo de 2025, tras mejoras urgentes para vehículos livianos, peatones, bicicletas y motos, permitiendo nuevamente la conectividad entre Palermo, Colegiales y Belgrano.
“Conforme información que pudimos recolectar, la intervención realizada por el GCABA incluyó refuerzos metálicos, reconstrucción de juntas y ajuste de accesos, que permitió su reutilización recientemente, y que ha tenido un coste monetario más que significativo para la Ciudad”, detalla.
Por ello, evaluó que “llama notoriamente la atención que, el 27 de junio de 2025, es decir tan solo 3 meses después de su apertura al tránsito vehicular, AUSA hubiese lanzado un llamado a licitación pública para desmontar la actual estructura y construir un nuevo puente que permita el tránsito pesado. Paralelamente, AUSA habría solicitado al Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) la descatalogación del puente, lo que permitiría su remoción”.
Los vecinos denuncian que la convocatoria licitatoria avanzó antes de concretarse el trámite patrimonial, con plazos exiguos y posible aceleración ante la presión vecinal por frenar la demolición.
Atento la situación descrita, los vecinos realizaron dos movilizaciones en busca de frenar la remoción prevista, cuestionando la velocidad del proceso licitatorio ante el silencio técnico y normativo previo al llamado.
“El Puente Ciudad de la Paz representa un patrimonio urbano e infraestructura clave para la conectividad intrabarrial. Su reemplazo y eventual demolición podrían modificar significativamente el perfil urbano de los barrios de Palermo y Colegiales, alterando la escala, la circulación peatonal y ciclista, y el valor simbólico del lugar”, advirtió la diputada.
Y remarcó que “el proceso está atravesado por dudas sobre la adecuación técnica del nuevo puente, la evaluación del impacto patrimonial, la participación vecinal y la necesidad real de tránsito pesado en la zona, en particular cuando no se integra a la red urbana oficial de camiones. Los vecinos requieren conocer la documentación técnica y normativa que avale la necesidad de reemplazo, los informes de impacto patrimonial, los plazos y condiciones de la licitación, el estado del trámite ante el CAAP y las alternativas consideradas al desmantelar un patrimonio centenario”.
Por esos motivos “y considerando la urgencia de las necesidades de nuestros vecinos, es que solicito la aprobación del presente proyecto de resolución a fin de que el ejecutivo proceda a informar con precisión y transparencia sobre los criterios técnicos, legales, patrimoniales y presupuestarios que justifican el reemplazo del Puente Ciudad de la Paz, así como las medidas de participación pública implementadas en el proceso”, finalizó.
En junio, a través de AUSA se abrió una licitación para el desmontaje y reemplazo de la estructura por una nueva que permita la circulación de tránsito pesado y, a su vez, mejore el entorno que está deteriorado. Por ejemplo, las escaleras están rotas y son una barrera para las personas con movilidad reducida.
El nuevo puente se diseña respetando una estética semejante a la estructura original, pero incorpora mejoras en cuanto a funcionalidad y seguridad. El diseño contempla requerimientos de tránsito con normativa vigente y permitirá el paso de vehículos pesados.
Asimismo, mejora condiciones de gálibos, anchos de carriles y nivel de contención vial.
El puente nuevo, según fuentes oficiales, contará con dos pasarelas peatonales, con rampa en el lado noroeste y con escaleras del lado sureste, mejorando las condiciones existentes para el flujo peatonal.
La obra contempla, además, la intervención del entorno urbano circundante, que tendrá como objetivo la puesta en valor del espacio público mediante la incorporación de nuevos equipamientos urbanos y tareas de paisajismo.
En cuanto a los accesos peatonal al puente, se prevé la ejecución de pasarelas a ambos lados del puente, según la convocatoria del Gobierno porteño.
La pasarela que se encuentra en la cara norte es accesible a través de escaleras de acceso, en la cuales se incorporan gradas y equipamiento urbano para generar espacios de permanencia y la incorporación de vegetación.
Teniendo como premisa principal realizar espacios urbanos de calidad en donde el usuario es tenido en cuenta para su diseño.
Del lado noroeste se realiza una pasarela con rampas exenta de la estructura del puente. La pasarela sur contará con rampas de acceso peatonal con descansos. Se materializará como una estructura metálica independiente a la del puente principal de forma de comenzar con los tramos en pendiente en la medida que se respete el gálibo inferior ferroviario existente.
Desde la organización Basta de Demoler recordaron que "hace mucho más tiempo, en 1919, y para mejorar el transporte público, se construyó el puente de metal para tranvías en la calle Ciudad de la Paz, los tranvías se fueron y el puente no encuentra la paz desde que en 2023 se lo cerró para una reparación de su estructura necesaria luego de 104 años de servicio"
"En abril de este año se lo reinaugura, devolviendo al barrio lo que le pertenece. Poco tiempo dura esta paz, apenas tres meses después de suponemos ardua y sabemos costosa tarea, se llama a licitación para uno nuevo en su lugar, a este puente para vehículos livianos le quieren agregar los pesados", señalaron.
Y cuestionaron: "¿Por qué se restauró, por qué los camiones tienen que atravesarlo, por qué no se buscaron soluciones viales lógicas, por qué no se consultó al barrio, a su Comuna? ¿Por qué un símbolo de la vida ciudadana debe desaparecer? Muchos interrogantes y una sola respuesta: porque sí".
"En abril el jefe de Gobierno se vanaglorió de respetar la identidad del barrio en el acto de reapertura, ahora se jacta de falta de respeto a sus habitantes, a su memoria y a las necesidades reales del lugar", cerraron