La Ciudad lanzó la licitación para la obra de creación de un laboratorio taller de restauración del cementerio de la Recoleta, ubicado en el edificio donde funcionaba la morgue, localizado en el interior del predio sobre calle Azcuénaga.
El presupuesto oficial de la obra asciende a $315.877.650, expresado a valores a octubre de 2024, con un plazo de ejecución de cinco meses, según la convocatoria lanzada por el Gobierno porteño.
La obra se localiza en el Cementerio de Recoleta, Junín 1720, donde se propone la creación de un laboratorio taller de restauración en la construcción que fue utilizada como morgue, pero que hace tiempo ya no está en uso.
La idea es dotar ese lugar para que sea un espacio “permanente para garantizar las tareas del equipo de restauración, sumado a la demanda de obras y objetos de gran valor patrimonial que requieren ser puestos en guarda y custodia para su protección”.
La refuncionalización de la “ex morgue”, consiste “en resignificar un espacio relegado y sin uso, con el objetivo de la preservación de la memoria y rescate del patrimonio artístico y cultural y sus significados”.
Según se explicó, la elección de este lugar parte de varias consideraciones. En principio el edificio lleva décadas en desuso y su función originaria ya no se realiza en el cementerio.
Desde lo edilicio, el espacio tiene la amplitud acorde para llevar adelante la restauración de obras de acuerdo a la escala del patrimonio del cementerio. “Sus aventamientos a la calle, permiten el ingreso de la iluminación natural a su interior, tan necesaria para los trabajos de restauración”, destacaron.
A su vez, este edificio subterráneo, contiene un montacargas hidráulico para ingresar desde el cementerio a su interior, objetos tridimensionales voluminosos y pesados.
El edifico cuenta con provisión de corriente trifásica, agua, desagües conectados a la red y sin modificar los muros históricos, es posible la instalación de una campa para la extracción de gases y vapores que resultan de los preparados químicos para las tareas de restauración.
A partir de la ponderación del espacio existente para la refuncionalización de sus usos, acordes a la necesidad de restauración del sitio en el presente y los resultados del diagnóstico edilicio que reportaron que el edificio no presenta fallas estructurales, pero si requiere de una intervención para la consolidación de sus revoques, cielorrasos, tratamientos hidrófugos y térmicos que garanticen la habitabilidad del espacio.
“Se trata de una recuperación tangible e intangible de un único patrimonio histórico. Un espacio para estudios históricos- científicos y prácticas de laboratorio, donde se puedan acopiar piezas valiosas, preservando el arte simbólico y testimonial, que nos remite a otras épocas, a otros estilos de vida, a la conmemoración de seres queridos y los afectos”, explicaron los impulsores de la obra. “Encontrar en este espacio perdido otro significado”, destacaron.
Y hacia adelante señalaron que se busca la generación de un taller para la restauración de esculturas, fragmentos recuperados, recuperaciones de partes desaparecidas, de obras que se fueron dañando con el paso del tiempo, la consolidación in situ de los monumentos, o bien grupos escultóricos enteros, que esperarán allí para ser consolidados y vueltos a ubicar en su lugar de origen.
“La salvaguarda de bienes está a cargo de restauradores, escultores y artesanos, profesionales y especialistas, cuidadores y administrativos, que conforman el gran equipo, quienes con esmero, responsabilidad y profesionalismo desempeñan un rol fundamental en la conservación del acervo artístico y monumental de Cementerio.
La propuesta de intervención, en el Nivel Superior, abarca un polígono del solado delimitado por la cabina del montacargas, la cruz (cubierta de la escalera), la columna ecléctica con su base, y el límite del muro de balaustrada (no incluido) que da hacia la calle Azcuénaga.
En el nivel del Subsuelo, el Taller-Laboratorio, la intervención es completa: pisos, muros, escalera, locales sanitarios, carpinterías e instalaciones. Sobre el muro de la calle Azcuénaga: se intervendrá en las superficies afectadas de revoque, ventanas, compuerta antigua. El muro de carga con balaustradas y pilares “no será intervenido”.