Tras el incendio del último fin de semana en la antigua casa que perteneció a Francisco Beiró, vecinos convocaron a una actividad el sábado próximo en defensa del inmueble ante la posibilidad que sea removida.
“Salvemos la Casa Beiró”, dice la invitación para el sábado a las 19 en la esquina de Marcos Paz y Cantilo, en Villa Devoto, donde se habrá una muestra de fotos y charlas con referentes del patrimonio barrial.
El encuentro ocurrirá casi una semana después del incendio desatado en el inmueble en la madrugada del domingo 5 de enero. Hasta allí llegaron dos camiones de Bomberos, patrulleros y ambulancias para responder al llamado que alertó sobre el fuego.
Según indicó a Regionmetro uno de los oficiales presentes, el foco comenzó en uno de los ambientes de la vivienda que da a Cantilo donde había basura acumulada y alcanzó los pisos y techos de madera.
Luego de sofocar las llamas, los bomberos se retiraron del lugar y se esperaba que en los primeros días de esta semana se hicieran los peritajes correspondientes que corroboren las causas. Pero, además, debía llegar personal de Defensa Civil para evaluar los daños y la situación del inmueble. Hasta este jueves no hubo información oficial al respecto.
En realidad, la vivienda que fue de Francisco Beiró y data de inicios del siglo XX permanece en estado de abandono y en ruinas desde hace muchos años. Fue vendida por los herederos del dirigente radical en 2008 a una reconocida inmobiliaria de la zona y, desde entonces, no tuvo mantenimiento.
De hecho, días antes del incendio, el Gobierno porteño intimó a los actuales propietarios a realizar tareas de mantenimiento e higiene del lugar. Al parecer, la orden fue en el marco de los operativos en terrenos baldíos y casas abandonadas contra la propagación del dengue que lleva adelante la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano.
Sin embargo, los vecinos expresaron sus dudas respecto de la coincidencia con la medida y el incendio y señalaron la preocupación por el destino que finalmente tendrá el inmueble histórico.
Hace tiempo que impulsan proyectos en la Legislatura porteña para salvar la construcción mediante la expropiación a los dueños para convertirla en un museo. La iniciativa no prosperó dentro del Parlamento que solo sancionó, años atrás, una ley de protección al inmueble que impide su demolición.
No obstante, los vecinos alertaron que, si Defensa Civil constata que hay riesgo de derrumbe, entonces la protección otorgada por la Legislatura pierde vigencia y el actual propietario puede avanzar con su remoción.
Beiró habitó la vivienda hasta su fallecimiento y, posteriormente, sirvió como residencia de sus familiares hasta hace poco más de una década, en 2008, cuando dos de sus nietas, muy jóvenes, vendieron la casona a una firma de bienes raíces muy conocida en la zona.