“Fue desesperante, nuestro principal ingreso son las comisiones por las carreras y en estos casi 8 meses me gasté todos mis ahorros y hasta tuve que endeudarme para poder sobrevivir”, señaló Juan Cruz Villagra, jockey que el sábado pasado tuvo dos actuaciones consagratorias al ganar los grandes premios de San Isidro y Copa de Oro en el césped del hipódromo local.
Fueron 224 días de angustia e incertidumbre. La pandemia de coronavirus complicó toda la programación de las grandes carreras del turf. Pero finalmente se volvió a escuchar la campana de largada y trajo un gran alivio para los trabajadores de esta actividad deportiva, e industria, que emplea a unas 80 mil familias, y a 600 mil personas en el país.
Para cada persona que ingresó fue necesario gestionar el PUIP (Permiso Único de Ingreso y Permanencia), donde se otorgaba un código QR para presentar en la puerta. Al entrar al predio, se tomaba la temperatura, debían usar el tapabocas y respetar la distancia social.
Los jockeys tuvieron que concurrir una hora antes del inicio de su carrera y tras finalizar su participación tenían que retirarse del hipódromo. En ese sentido, hubo una rotación permanente.
Otras de las medidas que se adoptaron para habilitar las reuniones hípicas fue la incorporación de cabinas sanitizantes y la transformación en los vestuarios de los jinetes con días y horarios de ingreso y salida para los entrenamientos. Todo con una exhaustiva limpieza del lugar.
“Siempre utilizamos estos protocolos y cuidados para entrenar, por eso no entendíamos por qué se demoraba la reapertura de la actividad. Parecía que no nos tenían en cuenta, y que se olvidaban que esta industria le da de comer a muchas familias. Por eso le estamos agradecidos a Posse que dio la cara e impulsó el retorno del turf”, sostuvo Juan Carlos Noriega, que corrió el Gran Premio Jockey Club.
“Necesitábamos que vuelvan las carreras para preservar las fuentes de trabajo. Y el turf está acostumbrado a trabajar con normas de bioseguridad, ya que desde hace 45 años que luchan contra las enfermedades del caballo y cuidan al personal”, expresó el intendente Gustavo Posse, que participó de la entrega de premios del GP Jockey Club
Y destacó: “Vamos a seguir luchando por una apertura económica total con las medidas de seguridad. Tuvimos a Orbis en San Isidro como una de las primeras industrias que volvió a abrir, luego los comercios, la vida al aire libre y la gastronomía. Ahora estamos contentos de que se puedan iniciar las actividades extra curriculares en las escuelas del distrito”.
El presidente de la comisión de carreras del Jockey Club del Hipódromo de San Isidro, Juan Villar Urquiza analizó: “Tuvimos un año durísimo, pensemos que la última carrera había sido el 16 de marzo. A partir de allí, presentamos los protocolos, pero siempre fueron suspendiendo la reapertura, primero en agosto y luego en septiembre. Pero con el apoyo del intendente Posse pudimos regresar y sostener los puestos de trabajo. La actividad poco a poco se va a ir recuperando”.