“Cada hotel que sumamos son más camas disponibles en los hospitales. Y esto es fruto del esfuerzo que vienen haciendo todos los vecinos cumpliendo con la cuarentena y con las medidas que les vamos proponiendo: cada día que ganamos en esta pandemia sirvió para estar mejor preparados”, señaló Felipe Miguel, jefe de Gabinete de Ministros porteño.
“La situación de dar de alta un hotel es plenamente satisfactoria para todo el equipo porque nos permite ofrecer alojamiento a quienes más lo necesitan, y a la vez cortar la cadena de contagios”, afirma Facundo Carrillo, secretario de Atención Ciudadana. Y explica: “Junto al Ministerio de Salud estamos llevando esta tarea, los pacientes reciben atención médica y psicológica, cuatro comidas al día y la contención necesaria para transitar de la mejor manera los días en el hotel”.
La primera tarea es la selección de los hoteles, realizada en conjunto por el ente de turismo y el ministerio de Salud de la Ciudad. “El apoyo de los hoteles a nuestra estrategia de aislamiento de repatriados y pacientes con cuadros leves viene siendo fundamental para evitar una mayor propagación del virus. Esto demuestra un compromiso muy grande por parte del sector para afrontar la emergencia sanitaria”, cuenta Camila Suárez, directora Ejecutiva del Ente de Turismo de la Ciudad.
El equipo de bioseguridad define cuales son los espacios en los que cada una de las personas va a realizar sus tareas. Por ejemplo, establece las zonas que van a usar los médicos para ponerse la ropa e implementos de seguridad (el barbijo, la cofia, el camisolín, etc.) y donde deben desecharlos de manera segura luego; y las áreas destinadas para el personal de catering y limpieza. También delimita el lugar por donde ingresan los pacientes al hotel y se dirigen a sus habitaciones.
En la recepción del hotel, será necesario colocar un nylon o una mampara que servirá para separar el espacio donde se recibirá a los pacientes de forma segura. Los médicos y el personal del hotel permanecerán detrás de este separador. Allí los pacientes, una vez habilitado el hotel ingresan, se identifican, completan su ficha de admisión y suben a su habitación. El recorrido se repetirá en el momento del egreso.
“Mientras trabajan los profesionales de bioseguridad, ingresa el equipo de voluntarios encargados de gerenciar el hotel. Se los capacita con relación a los protocolos y al uso del sistema informático de ingresos y egresos de pacientes. Y se empiezan a preparar las habitaciones para recibir a los vecinos con Covid”, cuenta Rocío.
En el hotel todo transcurre de manera ágil, hay cierto vértigo en el ambiente, van llegando camiones con los distintos elementos: limpieza, catering, insumos sanitarios. Cada sector es ocupado por un responsable que hace el recuento de lo disponible. Comienza la preparación de las habitaciones y de todas las instalaciones.
De las habitaciones se retira todo lo que no es necesario: cortinas, muebles, cuadros o adornos. Al mismo tiempo se incorporan elementos que los hoteles convencionales no tienen como tachos especiales para los desechos patogénicos con bolsas de color rojo. Allí se eliminan de manera segura todos los implementos de seguridad y residuos que generan los pacientes, y se coloca un tacho en cada uno de los pisos para poder asegurar que esos desechos no circulen por todo el hotel.