El gobierno de la Ciudad oficializó el proyecto para la
localización en el barrio porteño de Saavedra de una planta de tratamiento de residuos
urbanos secos con el propósito de incrementar los sitios de recepción y
separación de los desechos que se generan en la Ciudad y que son reciclables.
Sin embargo, los vecinos de la zona resisten la instalación y piden, en cambio,
por una plaza.
El plan del “Complejo Ambiental Norte” fue detallado ante los diputados de la
comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura por Pablo Rodríguez, director
general de Tratamiento y nuevas tecnologías y Yamil Minakowski, director
general de reciclado, según constató regionmetro.com.
Los funcionarios resaltaron los beneficios que
conllevará la creación del nuevo centro en el cual se podrán tratar hasta
10 toneladas de residuos por hora. La planta denominada Material Recovery
Facility (MRF) estará ubicada en la manzana comprendida entre las calles
Holmberg, Deheza, Arias y la avenida Parque Roberto Goyeneche.
Funcionará como una línea de separación y acondicionamiento
semi automatizada de materiales secos, lo que hará que se alcance un 95 por
ciento de eficiencia de recupero de los desechos ingresados. Contará con ocho
máquinas automáticas –entre ellas dosificadoras, zaranda trituradora de vidrios
y separadores ópticos y magnéticos- las cuales estarán dentro de una “nave
industrial”.
El centro estará operado por recicladores urbanos de la cooperativa El Amanecer
de los Cartoneros que tendrán a su cargo la tarea de clasificar y separar unas
10 toneladas por hora de residuos secos como cartón, papel, metales ferrosos,
plásticos en general y polietileno expandido, que son los que los vecinos de la Ciudad depositan en algunas de las
3313 campañas verdes para su recuperación y son trasladado a los 15 Centros
Verdes que existen actualmente.
“Por día, se recolectan unas 420 toneladas de residuos secos en la Ciudad y son
llevados a los Centros Verdes están localizados en su mayoría en la zona
sur de la Ciudad. Con la instalación de la nueva planta se va a mejorar la
eficiencia en logística del material seco al reducir el transporte”, precisó
Rodríguez ya que la planta tendrá fácil acceso a las autopistas General Paz y
Panamericana.
También, asegura el funcionario, “va a mejorar la calidad de trabajo” de los
recicladores.
Según estimaciones hechas de los 850 trabajadores que
desarrollan su labor en las calles de la zona norte de la Ciudad, unos 120
pasarán a la planta. “El residuos no general olor, no van a existir
efluentes líquidos o gaseosos ni impacto acústico ni visual ya que la planta va
a estar
cubierta por una estructura tipo galpón y se proyecta parquizar y plantar
árboles en la zona”, agrega.
Todas las afirmaciones del funcionario fueron
escuchadas por un grupo de vecinos del barrio de Saavedra que se opone a la
instalación de la planta de tratamiento en esa manzana. Aseguran que no están
en contra del reciclaje de basura, pero niegan rotundamente la localización
allí y piden que se dé marcha atrás con la iniciativa y que en su lugar se avance
con la construcción de una plaza.
“No estamos en contra del reciclado, pero el lugar no es el adecuado. Saavedra es una zona que se ha inundado muchas
veces y necesita de espacios verdes y superficies de absorción. El barrio no es
una zona industrial”, dice Mercedes Austral. Fernando Díaz, otro vecino, asegura
que “la planta va a contaminar”.
“Este proyecto interrumpe lo arquitectónico del barrio. Allí el único proyecto
viable es una plaza”, sostiene, por su parte, José Olivo. Otros de los vecinos,
asegura que las obras para la instalación de la nueva planta comenzaron
“ilegalmente en enero pasado”. No obstante, Rodríguez afirma que no iniciaron
los trabajos del centro de tratamiento particularmente, sino que fueron tareas
“de limpieza y reordenamiento” ya que el predio sirvió por años de depósito de formaciones
de subtes en desuso y de material de descarte.
Amalia Hernández, recicladora de la cooperativa El Amanecer, respaldó la
creación de la nueva planta “porque cuantas más haya en la Ciudad, más trabajo
vamos a tener y eso nos dignifica”. “No queremos confrontar con los vecinos.
Ellos tienen miedo a que haya mal olor y hasta tienen miedo de nosotros quizá,
pero los invitamos a conocer otro de los centros que ya funcionan para que vean
cómo es nuestro trabajo y que no perjudica a nadie”.